Fue una reunión informal de 9 jóvenes la que impulsó el movimiento que ahora convoca a miles en redes sociales.

Todo empezó la noche del martes 5 de mayo en la casa de Andrés Delgado, un reciente egresado de Derecho en la San Pablo. Ahí, muchos de los organizadores del evento ‘#2horasporlapaz’, se vieron las caras por primera vez. La convulsión en Arequipa era latente y los nueve reunidos esa noche tenía un solo objetivo: Manifestar su repudio hacia la violencia por el conflicto minero de Tía María. Para ellos, ya era hora de “hacer algo”.

Hasta ahora, los rostros de los organizadores de la Marcha por la Paz que convocó, en pocas horas, a cientos de jóvenes y familias arequipeñas, estaban ocultos. No por miedo, porque su afán no es el protagonismo, sino concertar la lucha contra la violencia. Y el primer gran paso ya lo dieron.

¿Pensaron tener la convocatoria que hubo en la primera marcha?

María Gabriela (MG): La verdad, no. Yo pensé que si íbamos pocos, nos quedábamos a comer buñuelos en la plaza de Yanahuara (ríe).

Hay quienes cuestionan porqué no se pronunciaron antes. Por ejemplo, cuando hubo 3 muertos.

(J): Ya habíamos conversando sobre el valle de Tambo desde antes, pero sí, reaccionamos tarde. No sabíamos qué hacer, faltó un poco de decisión. Pero el empujón que recibimos fue por el último paro.

En las redes hay quienes los tildan de cucufatos, esnobs, ‘pitucos’, entre otros, ¿qué les dirían?

(MG): Respetamos su opinión, pero nosotros no representamos a ningún partido político, tampoco somos de un solo estrato. Queremos llegar a más personas, a todos quienes deseen luchar por la paz.

(J): Yo les diría que nos acompañen en la próxima marcha que realizaremos, el próximo miércoles.

La convocatoria es una responsabilidad, ¿sienten expectativas en ustedes?

(MG): Sabemos que está en manos de los jóvenes el cambio. Nosotros mismos tenemos que incentivar ello. Y eso sí representa una responsabilidad.

¿Qué les dice su familia o su entorno social?

(J): Hay amigos que dicen que nos cuidemos, otros piensan que esto no tiene sentido.

(MG): Mi prima me dijo que estaba un poco loca, que era por gusto… pensó que iba a generar más violencia. Pero ahora, viendo los resultados, me apoyan.

¿Qué hay después de la próxima marcha?

(J): Buscamos sumar gente que se adhiera a nuestra iniciativa y estaremos pendientes de actos violentos en la ciudad.

En Arequipa, ¿la juventud está más activa?

(MG): Creo que tenemos una ‘chispa’ que nos invita a luchar por nuestros ideales.