Riqueza cultural de Ayacucho se cae a pedazos

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Restos y monumentos son olvidados por autoridades y maltratados por población.

Ayacucho que ha destacado durante años por las fiestas de Semana Santa y los Carnavales se ve hoy relegada por la desidia de sus autoridades, que poco o nada han hecho, por poner en valor la herencia dejada por los Waris, Chankas e Incas.

Comenzando desde el complejo arqueológico de Wari, que desde hace miles de años muestra un basto imperio que dan cuenta de la ingeniería alcanzada para desarrollar la agriculutra, la ganadería , comercio, entre otras actividades, hoy se tiene sólo restos enterrados del cual sólo se conoce el 5% de su amplitud, debido a recién se le viene poniendo empeño para su excavación desde la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo.

Pero ésta sería la única a la que las instituciones públicas, vienen poniéndole algo de atención, pues en otras zonas los restos arqueológicos están olvidados, maltratados o destruidos.

Comenzado desde la ciudad Quinua, conocida por su artesanía, alberga en su territorio el obelisco que da cuenta de la libertad americana, el cual se viene resquebrajando por las inclemencias del tiempo sin que el gobierno regional o local formule proyectos para su restauración.

Si bien se han hecho mejoras, éstas no son significativas, pese a que estamos ad portas del bicentenario de la independencia de República.

En igual o peor circunstancias se encuentra los restos arqueológicos incas de Vilcashumán, el cual guarda en el Ushno, el templo del sol y la luna, los baños del inca y la piedra de sacrificio, su invaluable atractivo, hoy olvidados y maltratados por el hombre de la región, pues literalmente lo destruyen al ser mal explotados por lugareños.

“Es lamentable ver que la población ingresa por zonas inadecuadas, realiza sus necesidades y no se da cuenta del alcance de sus actos, están acabando con lo que podría ser una fuente de ingreso pra ellos y sus familias”, refirió el promotor turístico Mayober Yupari.

Asimismo, en la capital de la región, se viene destruyendo la herencia colonial, casonas que antes deleitaban a los turistas extranjeros, hoy son vistas como baños públicos o estorbos que se deben dejar caer para dar pie a la modernidad. Arcos que adornan una de las plazas más hermosas del país y que aún se conservan, hoy son utilizados como baños públicos por cuanto ebrio transita a altas horas de la noche; de igual modo, casonas destruidas en pleno centro histórico, debido a que instituciones como la Municipalidad o la Dirección Regional Desconcetrada de Cultura, no promueve la conservación de tan imponentes edificios.

“La burocracia generada hoy en día sólo promueve el cansancio de la población que prefiere destruir la arquitectura colonial”, subrayó el presidente de la Cámara Regional de Turismo (Caretur) Apolonio Flores Sulca.

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