Es el caso de una pareja de ingenieros médicos quienes tomaron la decisión de someter a su pequeña hija Einz, a la conocida criónica o criopreservación.

La muerte de una persona querida siempre es dolorosa para sus familiares quienes guardan la esperanza de reencontrarse con ella. Es el caso de una pareja de ingenieros médicos quienes tomaron la decisión de someter a su pequeña hija Einz, a la conocida criónica o criopreservación. 

La tecnica consiste en colocar el cerebro de la niña en un estado de congelamiento profundo al momento de su muerte y se mantiene hasta algún punto del futuro con el fin de que cuando ocurran los avances tecnológicos la niña reviva al crear un cuerpo para ella.

El proceso de criopreservación fue realizado en Estados Unidos para eso los padres tuvieron que trasladar el cuerpo de la pequeña desde Tailandia hacia Alcor, una organización sin ánimo de lucro ubicada en Arizona que es la principal proveedora de lo que se llama “servicios de extensión de vida”.