Estado Islámico: El ejército sirio avanza en las inmediaciones de Palmira

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El EI, que a mediados de mayo se hizo con el control de la población de Palmira y de la zona monumental arqueológica.

El ejército sirio controlaba este lunes una ruta de aprovisionamiento de petróleo cerca de Palmira, antigua ciudad tomada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha sembrado de explosivos sus tesoros arqueológicos.

A pesar del envío de refuerzos militares y el intenso bombardeo aéreo de Palmira, en el centro del país, nada permite presagiar un ataque para retomar esta ciudad histórica, y el régimen se concentra en las líneas de abastecimiento de energía en la zona.

Palmira es una joya arqueológica en el desierto sirio, pero sus alrededores constituyen una encrucijada donde se extrae petróleo y gas natural que son enviados hacia las ciudades bajo control del gobierno, en guerra contra los rebeldes desde hace cuatro años.

Según el Observador Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el régimen «expulsó durante el fin de semana a los yihadistas de Al Biyarat al Gharbiya», a 10 km de Palmira.

«La toma de esta región le permite asegurar una ruta de transporte de petróleo desde el campo de Jazal, a una veintena de km al noroeste de Palmira», explicó Rami Abdel Rahmane, director del OSDH.

El ejército sirio recuperó la semana pasada este campo de manos del EI, una organización ultrarradical sunita que controla vastas partes de territorio en Siria y en el vecino Irak.

PRIORIDAD A LOS CAMPOS PETROLÍFEROS

«El régimen puede ahora transportar petróleo de Jazal, vía Al Biyarat, hacia otras ciudades bajo su control», según el OSDH.

Su prioridad continúa siendo los campos petrolíferos y gaseros alrededor de Palmira, que «alimenta de electricidad a Damasco, Banias sobre la costa y Homs» y es poco probable que «por el momento ataque Palmira donde no cuenta con apoyo popular», agregó.

El diario sirio Al Watan, cercano al régimen, confirmó «un progreso de manera significativa de la infantería siria en la zona de Al Biyarat al Gharbiya». También informó sobre nuevos intensos ataques de la aviación siria contra Palmira.

Jazal es uno de los dos últimos campos petrolíferos en manos del régimen, además del gasero de Shaer (centro). Produce 2.500 barriles diarios, según el semanario económico en línea Syria Report.

La producción de gas pasó de 8.700 millones de m3, antes del comienzo del conflicto en 2011, a 3.600 millones en la actualidad, según el ministerio del Petróleo. La producción oficial cayó a 9.329 barriles de crudo diarios en 2014 contra 380.000 antes de la guerra.

El domingo, el EI sembró de minas las célebres ruinas de Palmira, lo que hace temer un desastre en este sitio declarado Patrimonio mundial de la humanidad, según el OSDH y las Antigüedades sirias, que citan a habitantes de la ciudad.

Pero no está claro en lo inmediato si la intención de los yihadistas, que ya han destruido tesoros arqueológicos en Irak, es amenazar el sitio para impedir el avance militar sobre la ciudad.

NUEVO AVANCE KURDO

En Palmira, «la situación es muy difícil para los civiles a causa de los ataques y la falta de electricidad y agua», dijo Mohamad Hasan al Homsi, un militante de la ciudad.

Más al norte, en la provincia de Raqa, el grupo yihadista continuaba este lunes retrocediendo ante las fuerzas kurdas, una semana después de perder Tall Abyad, ciudad fronteriza con Turquía y punto vital para el tránsito de sus combatientes, según el OSDH.

Apoyados por los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos, las Unidades del Pueblo Kurdo (YPG) tomaron por asalto una importante base militar, la Brigada 93, al sur de Tall Abyad.

Esta base «es importante para el EI puesto que desde allí se dominan las carreteras que conectan su bastión en Raqa con sus feudos en las provincias de Alepo (oeste) y de Hasaké (este)», según el OSDH. «Por temor a los ataques de la coalición, los yihadistas se retiran de la base y sus alrededores», agregó.

Las YPG anunciaron en su sitio en internet «haber avanzado ante el EI al sur de Tall Abyad», adonde centenares de sus habitantes regresaron tras la toma de la ciudad por los kurdos.

Siria es devastada desde hace cuatro años por un conflicto complejo en el que están implicados el régimen, rebeldes, kurdos y yihadistas que intentan tomar extensos trozos de territorio. Más de 230.000 personas han muerto según el OSDH.

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