Christine Lagarde resaltó que «Perú tiene un tesoro extraordinario con Machu Picchu».

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, se declaró hoy impresionada tras visitar la ciudadela inca de Machu Picchu, en la región Cusco, antes de participar en la reunión anual de la Junta de Gobernadores del Banco Mundial (BM) y del FMI, que se celebra esta semana en Lima.

Tras recorrer en tren los 112 kilómetros entre la ciudad del Cusco y el pueblo de Aguas Calientes, en cuyas cercanías se encuentra Machu Picchu, Lagarde llegó a la famosa zona arqueológica, que calificó de «hermosas».
Christine Lagarde, que incluso filmó la ciudadela inca con la cámara de un teléfono móvil, consideró que Machu Picchu encierra una gran carga de espiritualidad y belleza, por lo que es «en extremo impresionante» visitarla.

«Es lindo, es espiritual, un ejemplo de resiliencia y de belleza. Es extremadamente impresionante volver atrás en el tiempo, al siglo XV, y ver cómo estas construcciones fueron diseñadas en tanta sintonía con la naturaleza», comentó
La directora del FMI añadió que «Perú tiene un tesoro extraordinario con Machu Picchu» y agregó que espera que las reuniones de esta semana sean tan productivas «como los incas fueron en el siglo XV».

«Espero que podamos reunir a la gente y resolver… ese multilateralismo es indispensable en un tiempo donde tenemos muchos retos, pero podemos también superar los problemas que enfrenta el mundo», enfatizó.

Christine Lagarde se encuentra desde el domingo en el Cusco, donde visitó el mercado artesanal de Pisac, un conjunto arqueológico a 30 kilómetros de la ciudad del Cusco, acompañada por el ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, y la viceministra de Turismo, María del Carmen de Reparaz.
En el mercado de Pisac, Lagarde observó a los artesanos en plena elaboración de tejidos y piezas elaboradas por generaciones de artistas populares.

Según lo programado, la directora del FMI debe volver a Lima durante la noche de hoy para participar desde mañana en la reunión de la Junta de Gobernadores del FMI y del BM, que vuelve a Latinoamérica después de 48 años, en un momento en que el crecimiento económico en la región se ha desacelerado tras años de bonanza.