Fue enterrada en el cementerio general de Ayacucho y en todo momento pidieron justicia.
Sus dos únicos familiares, profesores y amigos de la adolescente que murió, tras ser brutalmente violada en una fiesta, protagonizaron conmovedoras escenas de llanto y dolor durante el último adiós que le dieron ayer en horas de la mañana.
Para las personas que acompañaron el féretro hasta el Cementerio General de Ayacucho, era incontenible evitar la profunda tristeza y repudio frente a este terrible hecho que quitó la vida de una alegre menor, por lo que en todo momento exigieron justicia.
Asimismo, con carteles en mano los compañeros del hermano de la víctima, quien es estudiante de la escuela de Biología en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (Unsch), vociferaron la máxima pena a los responsables.
El cuerpo de la menor que venía estudiando en el tercer grado de secundaria de la institución educativa San Juan Bautista, fue velada en una casa del asentamiento humano de Covadonga, desde donde trasladaron hasta la parroquia de “La Sagrada Familia”, donde uno a uno expresaban sus condolencia a la madre y hermano.
La adolescente de iniciales L.D.N.C. era procedente de la provincia de Huanta y vivía en Ayacucho con su medio hermano, quien la cuidaba y atendía mientras estudiaba.
Uno de sus profesores lamentó este hecho y lo calificó de “salvajada” y frente a la necesidad económica que atraviesan en estos momentos sus familiares, iniciaron una colecta general en toda la institución, donde los estudiantes donaron un sol, los profesores 5 soles y los administrativos 10 soles.
Cabe señalar que al recorrido del último adiós se sumó el regidor de la Municipalidad de Huamanga, Faustino Flores.