​Los riesgos que implica una nueva Constitución

los-riesgos-que-implica-una-nu-jpg_604x0

Para Ántero Flores-Aráoz, la medida resulta inviable, ya que significaría un retroceso. El constitucionalista Aníbal Quiroga asegura que Carta del 93 “da plena participación a la inversión”.

Está vigente 23 años y es la tercera más longeva de la historia del Perú, pero para Verónika Mendoza, la candidata presidencial del Frente Amplio, la Constitución de 1993 significa el beneficio de las “hegemonías políticas” y “las élites corruptas”.

Puedes leer…JEE de Lima Oeste 2 abre proceso a Verónika Mendoza

A ello se suma la posición expresada por el también postulante y encarcelado Gregorio Santos, opositor a los proyectos mineros al interior del país, quien refirió que dicha Carta “no da para más” y que “ya se agotó”.

Así lo expresó durante el debate del pasado 3 de abril. El candidato de Democracia Directa, en su plan de gobierno, sostiene que la actual Carta “limita la capacidad de decisión soberana del Estado sobre los recursos naturales”.

Y así se lo destacó cuando le tocó debatir frente a Alfredo Barnechea el domingo: “Renegociar el gas, con esta Constitución, es una ilusión”.

Según el constitucionalista Aníbal Quiroga, una cosa no tiene nada que ver con la otra. La renegociación es un acuerdo entre las partes.

Con él coincide el analista político Víctor Andrés Ponce. No obstante, si se trata de una decisión unilateral del Estado, ello no sería posible con la Carta del ‘93 “porque de acuerdo a la Constitución, los acuerdos son inviolables”, asegura Ponce. Señala además que la Constitución “es una enorme muralla” para cualquier intento por cambiar el modelo económico.

En su artículo 60, la Carta del ‘93 limita la intervención del Estado. Textualmente señala: “Solo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional”.

En palabras de Aníbal Quiroga, la actual Constitución “da plena participación a la inversión”, lo cual algunos sectores de la sociedad consideran que ha sido el factor impulsor del desarrollo económico en los últimos años. Otros, como Santos, discuten que poca o nula intervención estatal sea realmente positivo.

Verónika Mendoza ha criticado la injerencia del sector privado. Dentro de las 64 páginas que enmarcan su plan de gobierno, se lee lo siguiente: “El Frente Amplio considera que las nuevas relaciones entre sociedad, mercado y Estado deben estar consagradas en una nueva Constitución Política que exprese un nuevo acuerdo político fundamental, que sea garante de los derechos y de los intereses de las grandes mayorías nacionales y no expresión -como es ahora- de la hegemonía de grandes grupos empresariales asociados con élites políticas corruptas”.

LA DICTADURA. Un aspecto que Verónika Mendoza expuso a favor de una nueva Constitución es el origen de la actual, creada por el régimen fujimorista. “Necesitamos una nueva, primero por una cuestión de dignidad”, manifestó tras el debate.

Para Aníbal Quiroga, ese es un argumento debatible. “Mucha gente sostiene que como el origen es espurio, hay que cambiarla. Pero, la Constitución se ha ‘constitucionalizado’ en el tiempo y los hechos, y ha permitido gobiernos constitucionales sucesivos. Lo mismo ocurrió en Chile: la Constitución de Pinochet ha sido modificada, adaptada y aceptada”, sostiene.

No obstante, Verónika Mendoza asegura contar con el respaldo popular para llevar a cabo su proyecto reformador. El domingo aseguró que mientras el resto (de candidatos) busca “maquillar” la Carta del ‘93, su agrupación política es la única que quiere una transformación para devolverle al pueblo su soberanía. Explicó que los recientes sondeos develan que la población, sobre todo al interior del país, exige dicho cambio.

ENEMIGO. Uno de los principales opositores a un cambio total de la Constitución es el líder del partido político Orden, Ántero Flores-Aráoz. Argumentó que la medida resulta inviable porque traería consigo el “retroceso”; es decir, “meses de paralización y cero inversión”. Refirió que el sector empresarial inversor se replegaría debido a que un nuevo esquema constitucional lo dejaría en vilo. “El país se paralizaría por completo, no habrían inversiones, las empresas esperarían ver las nuevas reglas de juego”, afirmó.

“Se tienen que hacer cambios parciales en la Constitución, sí, pero de ninguna manera un cambio total. Es un riesgo para el país el simple hecho de pensarlo. Nadie es masoquista para invertir cuando no se conocen las reglas de juego”, agregó.

Refutó, además, varios puntos planteados por Mendoza durante su ponencia del 3 de abril. Uno de ellos fue la promesa de la muerte civil para funcionarios corruptos y evitar que dichos delitos prescriban. Señaló que sería un “desbarajuste” cambiar la Constitución, y que existe la vía legal, a través del Código Penal, para modificar esos estatutos sin mayores riesgos. Refirió que cuando se instauró la Constitución de 1993, esta demoró más de un año en consolidarse. Por lo tanto, una nueva solo causaría retraso al país.

¿REALIDAD O UTOPÍA?. Más allá de si es o no bueno para el país modificar la Carta, la pregunta es qué tan factible es. “Mendoza no podría cambiar la Constitución sin dos tercios del Congreso. Tendría que hacer pactos o alianzas. Sin un acuerdo nacional de todos los partidos es imposible hacer una reforma constitucional. La prueba es que Ollanta no pudo lograrlo cuando lo propuso en 2011”, señala Aníbal Quiroga.

Si hablamos específicamente de crear una nueva Constitución, que es lo que proponen Santos y Mendoza, la vía planteada es el referéndum y convocar a una Asamblea Constituyente. La consulta popular es justamente la propuesta que el candidato de Democracia Directa hizo ayer durante una entrevista con Radio Nacional. De darse ese hipotético escenario, la decisión estaría, una vez más, en las urnas.

Share this post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.